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domingo, 22 de febrero de 2015

LA CAPILLA DE LA BLANCA EN NUEVA

Un rincón lleno de historia
CAPILLA DE LA BLANCA

          Estamos en lo que llaman La Plazoleta del Hospital, había aquí construcciones destinadas al servicio de posadas y hospederías con caballerizas para el cambio de montura de los peregrinos más afortunados. Luego un poco más adelante había un grupo de edificaciones solariegas que daban el nombre de La Quinta, que Dña. María Monasterio, donó para la rectoral de la Iglesia lo que figura en una placa en la Iglesia. La finca la donó D. Tomás Marina.
            Este  hospital de peregrinos, se regía por  unas normas muy particulares como por ejemplo que al administrador lo elegían entre los vecinos, el día de San Silvestre que es el último día de Diciembre.
            La vivienda también está llena de pistas de lo que debió de ser en otros tiempos, ya que se sospecha que esté asentada sobre lo que fueron unas termas romanas, aprovechando más adelante su base para construir el hospital. Una de las cosas  que llaman la atención es la anchura de sus muros, excepcionalmente anchos  ….. o la habitación que está justo encima de la capilla que tiene tres peldaños a mayores del resto de la planta, porque según dicen, no puede uno dormir a menos de 1m. y medio del Santo en altura. Y desde fuera se puede apreciar que hay una ventana que no guarda simetría .
NUESTRA SEÑORA DE LA BLANCA

            La Capilla era un elemento más del Hospital de Nueva,  que durante el siglo XIII, fue centro de carácter religioso y benéfico del Concejo, y entonces desempeñaba funciones tanto de hospedería, como de hospital de “malatos” o como casa de peregrinos.

            Hoy se abre los días de fiesta aunque su dueño José Luis Bada Sastre, aparte de mantenerla en perfecto estado, le ha colocado una verja y entonces todo el público puede verla.
            La Capilla, está adosada a la vivienda. En el lado norte, hay una oquedad que José Luis, respetó en la última reforma, y servía para que a través de ella, los peregrinos y enfermos, pudieran comulgar sin necesidad de entrar en el interior de la capilla.

            En la antesala hay otra oquedad que según se creía servía para las limosnas, ya que por la otra parte, va a dar a la cocina de la vivienda.
                        En la capilla, podemos ver un retablo recién restaurado, estaba pintado todo de negro, según contaba José Luis, porque cuando la guerra todo lo quemaban y así consiguieron preservarlo. Estaba toda la capilla con decoraciones de frescos, pero hoy está pintado de blanco.

LA CRUZ DE MALTA
  Luego también han ido apareciendo distintos elementos a medida que fueron haciendo restauraciones, tales como una hornacina en el altar, o unos pilares de piedra de origen incierto que hoy sostienen unos jarrones.  …O como la Cruz de Malta que está grabada en el dintel de una puerta lateral.  Y hay alguna que otra curiosidad, que por respeto al dueño y habiendo dado palabra, no describiré.
ANA

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