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HISTORIA

Hemos pensado poner un apartado de temas de Historia, que nunca viene mal saber de aquellos aguerridos guerreros que nos antecedieron. O repasar entre todos alguna que otra cosa de las que tenemos ahí olvidadas, en algún rincón de nuestra memoria. No es un tratado de historia ni muchísimo menos, para ello tenemos textos fantásticos, escritos por historiadores serios.


UBICACIÓN EN LA HISTORIA - LA RECONQUISTA - 1
   Como había que empezar por algún sitio, he pensado que no estaría mal, comenzar a partir de la Reconquista, de la que todos nos sentimos tan orgullosos al decir “Asturias es España y lo demás terreno conquistado” ¿verdad que sí?, bueno pues ese es un buen punto de partida, creo, entonces nos iremos a la RECONQUISTA en un” plis plas”, pero antes de ello, os haré leer un poquitín más y veremos si os parece cómo andaba lo de la política que llamamos ahora, por aquél entonces y lo de los moros y tal.
   Me gustaría que nos fuéramos al año 710, cuando reinaba Don Rodrigo, que era el último de los reyes godos, y…. del que cuentan que abusó de una dama, en su corte en Toledo , Florinda se llamaba la chiquilla, para más datos os diré que era hija del conde Don Julián que era el gobernador de Ceuta. Entonces éste, que le pareció fatal, claro que deshonraran a su hija , maquinó una venganza y no se le ocurrió otra cosa que ayudar a los moros del norte de África a pasar a España, y además, les puso en contacto con algunos godos traidores y formaron un ejército.
   Don Opas, era un noble que peleaba al lado de Don Rodrigo, esto pasaba cerca de Algeciras, de peleas con los moros, como os podéis imaginar. Todo parecía indicar que ganarían la batalla, pero de pronto Don Opas, traicionó al rey y se pasó al bando contrario. Esto es lo que conocemos como “La Batalla de Guadalete”, que cuando estudiábamos le poníamos una coletilla a Guadalete, que no se la voy a poner ahora, pero que me he acordado.


   Total, que entre unas cosas y otras, los moros invadieron España en un par de años, y solo quedaba un reducto allí arriba, Asturias, Navarra y Aragón, donde a favor del quebrado del terreno, se habían refugiado grupos de fugitivos godos, donde estaban los reinos visigodos que vivían en clanes astures. El primero en dar señales de vida fue el de Pelayo en la batalla de Covadonga, que ya os contaré.
   Quería hacer una reflexión sobre la Reconquista, porque tal pareciera que fue un tiempo en el que estaban siempre siempre en guerras, que por supuesto ganaban  los cristianos, así nos lo han pintado en la mayoría de las veces, pero si hubiera sido así,  cómo se puede uno explicar que tardaran siglos en conquistar lo que perdieron en dos años.
   También nos han pintado  la sociedad mora,  en guerras permanentes, y además corroída por todos los vicios peores que se puede una imaginar, y sin embargo nuestra España cristiana, cuyo motivo de vida era aniquilar al infiel y arrojarlo fuera de nuestras fronteras. Pero os diré, que aquí también había peleas de hermanos contra hermanos, por ocupar el trono e hijos contra padres por sucederles.
   También hubo alianzas entre moros y cristianos. Nuestro Cid, por ejemplo, se pasó media vida sirviendo a los ejércitos moros. Y en el ejército de Almanzor, se dice que luchaban tantos cristianos, que el domingo era día santo para el ejército.
   Covadonga, pues no tiene nada que ver con las ideas de unidad y de defensa del cristianismo. Fue la obra de unas tribus poco romanizadas que defendían su modo de vida, frente a los moros que nada tenían que ver con ellos, nada más.

Don Rodrigo
DON RODRIGO



  
SOBRE LOS REYES ASTURES Y SUS TIEMPOS
Voy a haceros un repasin, sin profundidades de los reyes astures, si os parece y así refrescaremos las cosas de las batallas, de los mandatos, de historia, de mitos y de leyendas, de lo que os pueda contar.

MITOS Y LEYENDAS
   Puesto que las crónicas del Reino de Asturias fueron redactadas siglo y medio después de la batalla de Covadonga, son muchas las facetas de los primeros reyes de Asturias que han quedado en penumbra, abandonados al nebuloso territorio del mito o la leyenda.
   Dicen que Pelayo fue de peregrino a Jerusalén,….. ya veis , que poco pega ¿verdad? También aseguran que La Cruz de la Victoria, fue formada por un rayo que al gobernar un roble, talló dicha figura.
   La zona de Covadonga es protagonista también de relatos asombrosos, como el que afirma que sobre el lugar que hoy ocupan los lagos de Enol y Ercina, se alzaba un poblado de pastores que fue visitado en su día por la Virgen, la cual disfrazada de peregrina, pidió comida y refugio por las casas del poblado . En todas ellas fue rechazada y sólo encontró acogida en el humilde refugio de un pastor. Ante él, la huésped empezó a llorar y sus lágrimas al caer se convertían en flores, entonces fue cuando el pastor se dio cuenta de que era ¡”la Virgen”!, ya ves. Al día siguiente, un diluvio de origen divino, arrasó con la población, que quedó muy anegada para siempre, con excepción de la choza del pastor.
   También existen mitos en torno a la Monarquía Asturiana, la Crónica Sebastianense cuenta que cuando se murió el rey Alfonso I, tuvo lugar en Cangas de Onís un suceso extraordinario, mientras los nobles velaban su cadáver, oyeron cánticos celestiales de ángeles entonando un texto de Isaíais “na menos”.
   Se cuenta también por ahí, que circula una leyenda en la que aseguran que si por ejemplo vas a la catedral de Oviedo, mañana mismo, pues que puedes de pronto darte de bruces con el rey Fruela, al que llamaban “el Cruel”, que dicen que vaga por el jardín de los Reyes Católicos, igual su alma no puede descansar , y también se dice que su nieto Bernardo del Carpio, duerme en una cueva de los montes asturianos.

SOBRE PELAYO
   Nos pondremos en el año 722 más o menos, ¡ala, por las buenas!, y Pelayo y su pandilla, (que por cierto eran poquísimos en esa “panda”) ya habían ganado la batalla de Covadonga. Pelayo, debió de ser un caudillo cántabro súper hábil, porque consiguió unificar los clanes que existían sin ninguna conexión entre ellos. Para esto y para mantener un control sobre las regiones, casaban a las hijas y hermanas con familias poderosas del norte. Por ejemplo Ermesinda (que así se llamaba la hija de Pelayo, un bonito nombre) pues la casaron con Alfonso, que era hijo de Pedro de Cantabria y sus hijos Fruela y Adosinda los casaron con Munia que era vasca (de la que ya os contaré) y Silo que era de Pravia. Había que reforzar el reino y entonces lo del amor, no cabía.
   Los moros no le dieron ninguna importancia a la batalla de Covadonga y siguieron a la suya hacia las Galias. Algunas crónicas moras ya posteriores, cuentan, de un “bárbaro despreciable”, llamado Pelayo, que escapando, huyó a una montaña donde sobrevivió con un pequeño grupo, comiendo miel silvestre. Los moros habían dejado a los rebeldes diciendo: “¿Qué son treinta bárbaros encaramados en un peñasco?. Seguramente morirán “. Frase de la que no tardarían en arrepentirse. Porque estos chicotes estaban acostumbrados a pelear antes que con los moros, con los romanos y con los godos. Por vivir en montañas de aspecto inaccesible, evitaban la batalla abierta y atacaban, en los desfiladeros. Procuraban además, cortarles el suministro de víveres (esta fue la táctica utilizada por Pelayo en la batalla de Covadonga).
   Vuelvo otra vez a esta chiquilla, Ermesinda, que como os dije la casaron con Alfonso, uniendo así Asturias con Cantabria y pasando a ser Alfonso I. En el 741, o así, los moros abandonan las llanuras a toda prisa porque tenían allá abajo una digamos…. Guerra Civil, y aprovechando, nuestro Alfonso I cruzó la cordillera y avanzó un mogollón. Total que en 10 años llegó a Coria, y tomaba todas las ciudades abandonadas por los moros, claro, luego ocupó también hasta Salamanca y Ávila y Segovia y al este hasta Miranda de Ebro. ¡Una pasada vaya!
   Como vio que no podía ocupar aquél enormísimo territorio, porque no tenía gentes, se limitó a destruir las fortificaciones, matar a los moros y llevarse a su reino a todo cristiano que se encontraba. Dejó así cientos de kilómetros despoblados. A esta manera de hacer, se le llama “desierto estratégico”, o sea una barrera fronteriza despoblada , que sirvió de límite histórico móvil, durante los siete siglos de la reconquista.
   El reparto de la tierra que se iba reconquistando, pues fue a parar a las manos de los nobles guerreros , que en realidad eran los que corrían con los gastos de las batallas. Hacer guerras siempre resultó caro, muy caro y claro, luego se cobraban su “generosidad”. En su mayoría dedicaron estos terrenos a la ganadería.
   Había moros que permanecían en los territorios cristianos. Se les llamaba mudéjares y se dedicaban a la agricultura y a la pequeña industria. También era numerosa la comunidad judía que se dedicaba al comercio, los préstamos y el artesonado. Los moros y los judíos, eran tan numerosos en algunas zonas como los cristianos.

Pelayo
PELAYO






LOS MONARCAS DE ASTURIAS
   Los monarcas del Reino de Asturias fueron trece, empezando por Pelayo, aunque el primero en declararse Rey de Asturias fue Alfonso I. La monarquía fue electiva hasta el 850. Tras la muerte de Ramiro I, su hijo Ordoño I accedió al trono sin votación previa. Desde entonces la monarquía fue hereditaria.
   Sólo a mediados de siglo, cuando Alfonso I destruye las guarniciones abandonadas por los moros y lleva consigo en la retirada a los habitantes de las zonas devastadas, puede hablarse de los orígenes de un reino astur leonés cristiano o en vías de cristianización y con un fuerte contingente de hispano–visigodos que acabarían por controlar el nuevo reino, ya que las guerras civiles entre los moros, impidieron a los emires ocuparse de los rebeldes del norte.
   Bastará que Abd al-Rahman I se proclame emir (756) y pacifique el Al–Andalus, para que el reino asturleonés vuelva a convertirse en vasallo de Córdoba durante los reinados de Aurelio, Silo, Mauregato y Vermudo (768 –791). La política seguida por estos, de amistad y sumisión hacia los moros, no impidió, sino que adelantó , quizás, que los gallegos se sublevaran contra Silo y los vascos estuvieran levantados durante todo este periodo. Pero vamos a empezar con nuestros reyes si os parece y claro el “primer”, es....

1.- PELAYO
   Primer rey de Asturias, se proclamó en el 714, reinó 23 años y murió en el 737. No hay nada claro sobre la procedencia de Pelayo, los especialistas ponen en duda que se tratara de un miembro de la familia real, unos dicen que era un noble godo (La Crónica Albeldense). El testamento de Alfonso III vincula a Pelayo con el centro de Asturias; otros dicen que era de Tuy, hijo del duque Favila (esto debe de ser porque luego llamó así a su hijo) y nieto del Rey Recesvinto.
   Cuando Pelayo se retiró a las tierras de la Liébana tras la derrota del ejército del rey godo Don Rodrigo en Guadalete, fue cuando conoció a Gaudiosa, (esto cuentan unos, otros dicen que fue a la Liébana a por caballos, en fin…..) que más tarde fue su mujer. Como casi siempre, poquísimo sabemos de esta mujer, las mujeres de nuestros monarcas casi nunca han merecido la atención de aquellos que han estudiado las cosas de la Historia, no iba a ser ella menos.
Pelayo
   Pero sabemos de ella que era una mujer guerrera. Por ejemplo, sabemos que cuando Pelayo se decidió a iniciar la Reconquista, a Gaudiosa, y por su seguridad, la envió a la Liébana, y ella en previsión por si su chico no salía victorioso, ni corta ni perezosa, se preparó un ejército. Cuando supo de la victoria, en lugar de deshacer el ejército, y tan contenta, pues lo envió a que fueran a por lo que quedaba del ejercito moro. Los encontraron claro, porque estaba bastante perjudicado y no estaban para prisas ellos, y entonces les dio muerte en un sitio cerca de Espinama, el que hoy en día es conocido como Campos de la Reina .
   Cuando se murió, Gaudiosa, que por cierto nada os he dicho de este “bonito nombre”, su cadáver fue enterrado en la Iglesia de Santa Eulalia de Abamia, en Abamia, y luego fue enterrado aquí también Pelayo. Más adelante y por orden del rey Alfonso X el Sabio, fueron trasladados los cuerpos a la Cueva de Covadonga. Y allí están junto con los de la hermana de Pelayo, Ermesinda. Y en el sepulcro dice:
“AQVI YACE EL SEÑOR REY DON PELAIO, ELLETO EL AÑO DE 716 QUE EN ESTA MILAGROSA CUEBA COMENZO LA RESTAVRACION DE ESPAÑA BENCIDOS LOS MOROS; FALLECIO AÑO 737 Y ACOMPAÑA SS M/gEr Y ErMANA”.
   Continuando con su vida, decir que tuvieron dos hijos, Favila y Ermesinda. Favila murió muy joven, ya os contaré, pero Ermesinda se casó con Alfonso I, hijo del duque godo de Cantabria, Don Pedro.
   Dicen que por esas intrigas que se ve hubo toda la vida en las cortes, el rey Witiza dio muerte a Favila, sin más y Pelayo temiendo correr la misma suerte, huyó a Cantabria, y luego dicen también que peregrinó a Tierra Santa, por no encontrarse seguro en nuestra España y que una vez de vuelta y ya muerto Witiza (710), abrazó (como así decían) la causa de D. Rodrigo (último de los reyes visigodos) como guardia real (espatario que se llamaba el cargo), luchando en “La batalla de Guadalete” la de Don Opas que fue un jefe local en Cangas de Onís, del que ya os he hablado.
   Otros historiadores nos advierten que Pelayo nunca se consideró rey, por lo que ese honor quedaría reservado para su yerno Alfonso I. Entre aquellos bravos montañeses mal romanizados y peor sometidos por los godos, tuvo eco el llamamiento del rebelde, y se le unieron unos cuantos. Los convocó Pelayo a una asamblea (digamos) general, en ella le reconocieron como caudillo, y el antiguo espatario de Rodrigo, por azares de fortuna, quedó así convertido en jefe de un levantamiento popular.
   Ahora, los estudiosos de estas personalidades de la historia, dicen de él que tuvo que ser un muy hábil político, ya que supo reunir a las tribus montañesas, tarea nada fácil porque como ya se habló antes, Asturias además de tener un terreno difícil, la población era escasa y dispersa, o sea todo muy fácil, si hubiera existido internet, por ejemplo, figuraría en las fotos gordo y con mando a distancia en vez de espada.
   Además de a los montañeses que luchaban por liberar su tierra de invasores y porque ya estaban hartos de pagar impuestos, reunió a los godos, que luchaban por la supervivencia y acaso con la esperanza de restaurar lo que se había perdido. Y consiguió que hicieran causa común contra los moros.


Pelayo (ilustración del siglo XVIII)
PELAYO (ILUSTRACIÓN DEL SIGLO XVIII)



 2.- FAVILA (737 – 739)

Favila
   De lo poco que se encuentra de éste sucesor de Pelayo, que gobernó sólo dos años, no hay nada que destacar. Como ya sabemos, su reino era un minúsculo territorio de nuestros sitios. Casi 30 años antes, habían desembarcado en Algeciras los moros y avanzaron a lo loco por toda la península y sin apenas resistencia por parte de los visigodos, que eran los que estaban. Como ya contamos, después de la batalla del Guadalete, donde se cree que murió el último rey visigodo, Rodrigo, para aquellas gentes que nos invadían, fue coser y cantar …. Casi.       
    Dicen que el joven rey no estaba hecho de la misma pasta que su padre y que había descuidado los intereses del reino. Y en lugar de estar pendiente de los moros y sus escaramuzas, prefería estar más al tanto de sus cacerías y correrías con amigotes en los bosques. Dicen que había por entonces un antiguo rito de masculinidad que había por aquellas tierras en el que había que cazar un oso para pasar de la juventud a ser adulto, como un rito.
    Cuentan que el fatídico día de la muerte de Favila, estaba cansado por venir huyendo de unos moros que lo perseguían y al llegar a casa, debió de quedarse con su esposa, ya que ella sintió un fuerte presentimiento negro. Pero hizo caso omiso y efectivamente al subir a la vega, le salió el oso asesino y lo mató en el acto. En el lugar donde los suyos le hallaron, está hoy una cruz. De cualquier manera que fuera, desde entonces, dicen que ha quedado para siempre grabada la expresión :” Espabila, Favila, que te coge el oso”.
 
   Estos sucesos pasaron en la aldea de Llueves que está muy cerca de Cangas de Onis, y hoy todavía podemos ver una inscripción escueta que reza: “Un oso mató aquí al rey Favila”.


FROILUBA Y FAVILA EN EL MONASTERIO DE SAN PEDRO DE VILLANUEVA
FROILUBA Y FAVILA EN EL MONASTERIO
DE SAN PEDRO DE VILLANUEVA
   Se casó con (no os perdáis el nombre….) Froiluba, que casi nada se sabe de ella, mas que ordenó edificar, junto con su esposo sobre un antiguo dolmen, la Basílica de la Santa Cruz en Cangas de Onis. Esta capilla fue creada para albergar la cruz de roble de Favila, en donde fueron sepultados los dos.
    He de decir aquí que los caudillos del recién estrenado Reino, buscaban para legitimar su poder, el apoyo de los viejos símbolos, el respaldo de los lugares entendidos como sagrados desde épocas remotas, y la autoridad de los enclaves ancestrales, por eso sobre el dolmen.
    En el Monasterio de San Pedro de Villanueva, hay un detalle de la portada románica que es la “Despedida del Caballero”. Lo han datado del siglo XIII. Hay algunos autores que mantienen que la escena del relieve narra la trágica historia del rey Favila despidiéndose de su esposa Froiluba. Este Monasterio benedictino de San Pedro, encuentra los orígenes en el reinado de Alfonso I. y aunque fue reconstruido en su totalidad, dicen que allí trabajaron los mismos maestros de la Cámara Santa de Oviedo.
    Al no tener descendencia, la corona recayó en Alfonso I el Católico, que estaba casado con Ermesinda , su hermana.





3.- ALFONSO I (739 – 757)
   Era yerno de Pelayo, ya que estaba casado con Ermesinda, y era hijo de Pedro de Cantabria, que por lo visto era un hombre súper importante y poderoso por aquellos entonces.
   El comienzo del reinado de Alfonso I, coincide con los enfrentamientos que tenían los del Al Alandalus entre bereberes y árabes. Los unos que estaban en las guarniciones de la Meseta Norte, abandonaron sus posiciones dejando el terreno libre y Alfonso que era súper hábil, pues vio ahí su gran oportunidad para afianzar su territorio y fue cuando incorporó a su reinado Iria Flavia, con lo que sus dominios abarcan también la costa gallega.
Alfonso I
   En el 750, cuentan que hubo una enorme hambruna y además una epidemia de viruela, con la que se merman los territorios del valle del Duero, ya de por sí bastante despoblados. Esto favorece que los astures hicieran sus escaramuzas. El objetivo de estas incursiones era el de crear una gran franja fronteriza en su mayoría despoblada, lo que le supondría un cordón de seguridad frente a los moros. Este fenómeno, permitió la introducción de formas de vida visigodas en los núcleos de la cordillera cantábrica y la costa gallega, que dejaron una cierta influencia en la centralización del poder y en el régimen de servidumbre, claves para entender el futuro desarrollo del reino astur. Pero también trajo sus consecuencias:
  • El área comprendida entre el Duero y la Cordillera Cantábrica, quedó prácticamente despoblada, según Herculano para dificultar los futuros avances de tropas musulmanas hacia el norte, según otros historiadores ésta despoblación no fue realizada conscientemente.
  • La vertiente norte de la Cordillera Cantábrica y Asturias, con toda esta gente que traían de la Meseta Central, se superpoblaron y entonces tuvieron que fundar nuevos pueblos y aldeas, configurando el tipo de poblamiento que más o menos ha llegado hasta hoy.
   A pesar de las incursiones, Alfonso I, no estableció un claro dominio sobre las zonas del Valle del Duero, pero si despobló de enemigos el norte peninsular. El Valle del Duero fue escenario de continuas escaramuzas bélicas entre los reinos cristianos y el Al Andalus.
   Se le apodó el Católico por su interés en potenciar la religión cristiana en sus dominios. De su matrimonio con Ermesinda, tuvo tres hijos : Fruela, Vimarano y Adosinda, pero tras enviudar, tuvo otro hijo con una cautiva : Mauregato.
Alfonso I de Asturias
ALFONSO I DE ASTURIAS





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