El Monasterio de
San Salvador de Celoriu, parece ser que fue fundado por el rey Fernándo el
Magno, llamado el Emperador y por tanto goza éste Monasterio del título de
Imperial,- costumbre antiquísima de las fundaciones de Reyes llamarse Reales y
las de los Emperadores, Imperiales- , todo esto es antes del 1.065.
El Rey, lo dotó de grandes posesiones y tuvo
también algunas otras donaciones reales de otras personas de distinción, por
ejemplo la Reina Urraca (1.109-1.126) dio al Monasterio y a su abad el sitio
donde está la Iglesia edificada. Igualmente hubo donaciones de caballeros particulares,
de Condes de Aguilar y de otros personajes de los sitios de: San Martin, San
Pedro, Villamaior, Gatones, de todo el lugar de Poo, del de Parres, de Barro.
Se mandaron poner las armas reales labradas en piedra en escudos.
En los siglos XIV y XV, padeció
como otros tantos monasterios, una forzada dispersión de sus bienes inmuebles,
fincas, casas, posesiones. Hubo ahí una especie de decadencia económica y
probablemente también religiosa.
La Parroquia que
se llamaba Santa María de la Capiella, estaba servida por un clérigo secular,
hasta que pasó a depender de los monjes, todo esto unos cuantos años más
adelante y en el 1.517, el Monasterio aceptó “la Reforma de los Benitos de
Valladolid” y pasó a llamarse dee San Salvador.
PARROQUIA DE CELORIU,
que comprendía los pueblos de
CELORIU, BARRU, NIEMBRU, VALMORI, y una tercera parte de POO. Seis años más
adelante, en el 1.544 anexiona el Monasterio de San Antolín de Bedón, con lo
que podemos deducir lo importante que debía ser nuestro Monasterio.
Las fundaciones
benedictinas, mantenían buenas relaciones con las otras órdenes religiosas y
siempre vivían alejados de las disputas teológicas tan ruidosas y frecuentes
que se daban en aquéllos tiempos, sin embargo eran muy amigos de pleitos y
celosos de sus posesiones.
En el siglo XVII,
florecía el Monasterio de San Salvador, el la comunidad, había 30 monjes
profesos y fue entonces cuando se creó el Real Colegio der Artes, de aquí
salieron Generales para la congregación, teólogos, predicadores, historiadores
y hasta poetas.
Los monjes , como
ya dijimos guardaban sus posesiones y delimitaron bien sus lindes, bien con una
piedra que destacaba sobre las demás, o bien grabando sobre alguna roca cruces,
que hasta hoy perduran. Gentes muy trabajadoras éstos benitos, repoblaron de
árboles, tenían sus huertos, incluso hacían pan y lo vendían, se
autoabastecían.
La PARROQUIA DE
CELORIU,
Quedaba bien protegida a la sombra del Monasterio, cuyo yugo, siempre
fue más suave y llevadero que el de los nobles de la región.
El Monasterio
celoriano, fue siempre pobre y sin rentas suficientes como para sostener a una
comunidad de poco más de 25 monjes. Con todo siempre ocupó el tercer lugar
entre los monasterios benedictinos asturianos más importantes.
Por si esto fuera poco, con el decreto de exclaustración del
Gobierno Mendizábal, quedó definitivamente extinguida la vida monástica el 24
de Octubre de 1.835, pasando la propiedad a Juan Abarca Sobrino y a la Compañía
de Jesús, que los adquirió en 1.919 por 90.000 pts., destinándolo a casa de
ejercicios espirituales.
La
biblioteca pasó a engrosar la de la Universidad Ovetense que se quemó en 1.934
con lo que todo lo que allí había se destruyó.
El
único resto medieval que ofrece el exterior del templo es la portada
occidental, hoy en el interior del pórtico enlosado.
La
Torre románica, data de la primera mitad del siglo XII. Con respecto a su
función, además de campanario, también pudo haber sido una atalá, su emplazamiento
a pocos metros de la playa, la convierten en excelente puesto de vigía y a
juzgar por los años en los que nos estamos moviendo, lo que vigilaban podían
ser piratas musulmanes, no normandos .
Aunque
es el un único Monasterio del Oriente
Asturiano que conserva una torre románica de una calidad poco común, y que
gracias a unas obras que se han hecho , se puede visitar, San Salvador de Celorio no ha sido declarado
Bien de Interés Cultural.
A lo largo de los años, nuestro Monasterio, fue objeto de numerosos
usos, entre otros, llegó a ser un albergue para peregrinos.
“Celorio,
tanto vale como asilo, sepultura y lugar de abrigo”
Hasta
hace un par de años, el convento estaba ocupado por una congregación de monjas.
Hoy está vacío.
Ana
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