El edificio fue proyectado en 1883, el nombre es Villa
Quijana, y fue residencia veraniega. Está sin terminar, pues el dueño quiso
entrar a ocuparla antes de tiempo, así de las cuatro columnas que tiene la
entrada dos de ellas no están labradas, y parece que la sala de música carece
de la decoración proyectada.
Cuando se menciona a Gaudí, lo primero en lo que pensamos es
en la Sagrada Familia ¿no? Bueno también en la Pedrera, o en el Parque Güell.
Seguro que a muy pocas personas se os ocurre acordaros de El Capricho, una obra
impresionante, creo que de las pocas fuera de Cataluña, y la primera en llevar
el sello Gaudí.
Fue construido para un soltero con dinero, Máximo Díaz de
Quijano, en la decoración destacan los girasoles, los azulejos de colores, y
las formas un poco árabes.
Gaudí se inspira en la naturaleza, por gusto personal,
porque cree que los diferentes elementos de la naturaleza están perfectamente
diseñados y son del gusto de todo el mundo. ¿A quien no le gusta el mar? ¿O las
flores? Pues el diseño de todo lo natural es práctico, y por eso escoge para
sus adornos estos temas. Revistió parte del exterior de cerámica verde para que
se camuflara con su entorno natural. Utilizó piedra de sillería -extraída de
cuencas cántabras- para las escaleras de acceso a la entrada y se preocupó en
extremo por el aprovechamiento de la luz natural.
En Cantabria es el único edificio de este arquitecto, y esta
construido con una distribución que sigue el movimiento del sol.
Gaudí introdujo elementos musicales en la decoración del
capricho, pues fue el capricho de su propietario, gran amante de la música, en
el baño un gorrión toca el piano, y una abeja la guitarra. Encima de las
cocheras hay una terraza, que tiene una herradura, como símbolo del uso que se
le daba al local.
Las barandillas de los balcones están diseñadas de forma que
son además bancos para poder sentarse.
Hubo una época en la que el edificio estaba abierto a las
visitas del público, pero ha sido vendido y un particular es ahora el
propietario. Tiene unos jardines espectaculares, y en ellos una estatua del
propio Gaudí, contempla su obra.
El propietario de este palacete lo pudo disfrutar poco
tiempo. Cuando los obreros terminaron su obra y se fueron el Señor de Quijano
solo lo disfruto siete días. Falleció a los pocos días.
Ahora que tenemos una autovia completa, llegar a Comillas para ver esta preciosidad es cuestión de 25 minutos.
M.Lucia
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