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lunes, 26 de enero de 2015

El capricho

El edificio fue proyectado en 1883, el nombre es Villa Quijana, y fue residencia veraniega. Está sin terminar, pues el dueño quiso entrar a ocuparla antes de tiempo, así de las cuatro columnas que tiene la entrada dos de ellas no están labradas, y parece que la sala de música carece de la decoración proyectada.

Cuando se menciona a Gaudí, lo primero en lo que pensamos es en la Sagrada Familia ¿no? Bueno también en la Pedrera, o en el Parque Güell. Seguro que a muy pocas personas se os ocurre acordaros de El Capricho, una obra impresionante, creo que de las pocas fuera de Cataluña, y la primera en llevar el sello Gaudí.
Fue construido para un soltero con dinero, Máximo Díaz de Quijano, en la decoración destacan los girasoles, los azulejos de colores, y las formas un poco árabes.
Gaudí se inspira en la naturaleza, por gusto personal, porque cree que los diferentes elementos de la naturaleza están perfectamente diseñados y son del gusto de todo el mundo. ¿A quien no le gusta el mar? ¿O las flores? Pues el diseño de todo lo natural es práctico, y por eso escoge para sus adornos estos temas. Revistió parte del exterior de cerámica verde para que se camuflara con su entorno natural. Utilizó piedra de sillería -extraída de cuencas cántabras- para las escaleras de acceso a la entrada y se preocupó en extremo por el aprovechamiento de la luz natural.
En Cantabria es el único edificio de este arquitecto, y esta construido con una distribución que sigue el movimiento del sol.

Gaudí introdujo elementos musicales en la decoración del capricho, pues fue el capricho de su propietario, gran amante de la música, en el baño un gorrión toca el piano, y una abeja la guitarra. Encima de las cocheras hay una terraza, que tiene una herradura, como símbolo del uso que se le daba al local.
Las barandillas de los balcones están diseñadas de forma que son además bancos para poder sentarse.
Hubo una época en la que el edificio estaba abierto a las visitas del público, pero ha sido vendido y un particular es ahora el propietario. Tiene unos jardines espectaculares, y en ellos una estatua del propio Gaudí, contempla su obra.

El propietario de este palacete lo pudo disfrutar poco tiempo. Cuando los obreros terminaron su obra y se fueron el Señor de Quijano solo lo disfruto siete días. Falleció a los pocos días.
Ahora que tenemos una autovia completa, llegar a Comillas para ver esta preciosidad es cuestión de 25 minutos.
M.Lucia




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