Serapias lingua.- La Orquídea lengua.
Serapia que viene del griego y alude al nombre del dios egipcio Serapios , al que se le atribuían efectos afrodisíacos.
. El nombre de orquídea fue usado
por primera vez por Teofrasto,- nombre fácil de recordar, donde los haya- que era un filósofo de la antigua Grecia del
siglo VI a.C. que escribió el primer tratado sobre botánica farmacología. Y aquí habla de alguna planta que presenta
dos tubérculos redondeados en la base de las raíces, de mucho parecido con los
testículos de los hombres, y fue por eso que las llamó “Orchis” que en griego
quiere decir “testículos .
Luego vino Dioscoride,- que tampoco
se queda atrás de nombre difícil- en el
siglo I d.C. que en su libro de herboristería y botánica, también habla de las
orquídeas . También los Aztecas conocieron la orquídea, y en especial la de la especie “Vainilla” que la usaban para crear fragantes bebidas a base de café, cacao y vainilla utilizando la vaina
Pero todavía hay que esperar al
siglo XI , para encontrar el primer real tratado de cultivo de orquídeas
publicado en China. Los chinos son
amantes de estas flores ya que las asociaron a sus fiestas de primavera y
además fueron utilizadas para alejar las influencias malvadas y de manera
particular contra la esterilidad.
Como apunte , deciros que la Iglesia
Católica las consideraba como el alimento de Satanás. Y además
defendían que las orquídeas impulsaban al hombre a los excesos. Y más lejos todavía, el jesuita Athanasius
Kirchen, afirmaba que las orquídeas no producían semillas y que las plantas
brotaban del semen perdido del emparejamiento de los mamíferos – “,ahí es ná” ,
una teoría super, mega, hiper racional donde las “haiga”.
Al tratarse de una planta de flores
tan vistosas y bonitas, enseguida, en el S. XVII, se puso de moda y no había un
noble que presumiera de tal, que no tuviera un orquidiario en su casa, y cuando
una de sus orquídeas florecía, era motivo de festejo en su mansión-.
Muchas de las orquídeas que
conocemos, tienen el nombre de investigadores apasionados .( Ej. William
Cattley de cuyo nombre diriva la Orquídea Cattleya
Luego vino la crisis y todo este
bombo terminó, porque los invernaderos eran caros y como necesitaban de mucho carbón para
mantenerlos en su temperatura ambiente, y no había ya tantos dineros para “frivolidades”,
pues esta moda pasó.
Dicen que las orquídeas son
termómetros de la conservación ambiental y que nos hablan del estado de salud
de un ecosistema. Si conservamos las orquídeas, estaremos contribuyendo a
conservar la naturaleza en su conjunto.
En su hábitat natural son unas campeonas de la
supervivencia. Han conseguido desarrollar conjuntamente con la reproducción
sexual la de tipo asexual. O sea que tienen la capacidad de reproducirse
mediante el clásico sistema de la mayoría de las plantas, mediante la
fertilización de la flor a través del polen transportado por los insectos, pero
también puede generar por ella misma, sin ninguna fertilización externa, una
pequeña plantita que se desarrolla en una antigua vara floral. Esta pequeña
plantita se irá desarrollando fijada a la planta madre pero generando sus
propias raíces. Otra manera de
reproducción es a partir de nuevos brotes de la planta que suelen producirse en
la base de la planta y que luego se pueden separar. La comunidad científica ha
llegado a la conclusión que el último ancestro común de las orquídeas
existentes ya germinaba hace 84 – 76 millones de años, y que su antigüedad
podría remontarse a 120. Las orquídeas son plantas de la familia más grande y
diversa de la Tierra, que alcanzó a florecer en el tiempo de los dinosaurios.
Nosotros tenemos la suerte de contar
en nuestros entornos con varias especies distintas , silvestres, que por lo
general ignoramos que se tratan de estas
flores tan preciadas , bonitas, antiguas y que tanta historia tienen.
Ana